[general_biol] Y fue rebelión universitaria y popular

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Fri Apr 26 10:54:17 -03 2024


Y fue rebelión universitaria y popular 

La marcha en defensa de la universidad y la ciencia fue una verdadera
rebelión de docentes, estudiantes y no docentes. Pero de vasto alcance
popular, por lo que muchos la consideran la más grande desde la Reforma
del '18. Ochocientas mil personas en CABA, y más de un millón incluyendo
las multitudinarias movilizaciones en Córdoba, Rosario, Mendoza y en
todos los rincones del país y en el interior de las provincias como
Buenos Aires. En total se marchó en 70 ciudades desde Ushuaia a la
Quiaca, y desde Bariloche a El Dorado, Misiones. Incluso se marchó donde
no hay sedes universitarias.

Fue una gigantesca respuesta por parte de la comunidad universitaria y
de sectores amplísimos de la población al ataque del gobierno de Milei a
la universidad estatal pública, gratuita y laica. Sindicatos,
organizaciones piqueteras y de derechos humanos, centros de estudiantes
secundarios y terciarios, partidos políticos y miles de trabajadores que
concurrieron por propia iniciativa se sumaron este martes a las columnas
universitarias.

Se trató, además, de la mayor movilización desde el 10 de diciembre.
Cuestión muy importante a tener en cuenta puesto que, sin lugar a dudas,
fue una manifestación contra una medida del gobierno. Ya desde semanas
antes, tanto como nosotros fuimos palpando la explosión que se venía, el
gobierno también lo sintió. Por eso la campaña de ataque que fue
desarrollando y también los diferentes argumentos con que intentó frenar
el apoyo popular.

Durante el último fin de semana, el gobierno intentó limitar lo que ya
se veía sería enorme. Caputo salió a denunciar que los que peleamos por
el salario hacemos un berrinche, Bullrich volvió a amenazar con su
protocolo represivo, Adorni planteó que el debate estaba cerrado. El
mismo 23, a horas de la mañana, desplegaron en los alrededores del
Congreso un fuerte operativo con tropas dignas de un estado de sitio
que, a poco de andar, tuvieron que desplazar primero y retirar después.
Un bochorno para un régimen que pretende erigirse represivo, que venía
de reprimir violentamente una masiva movilización piquetera días atrás.

El tema de las universidades públicas se metió en la agenda nacional. No
fue casual la cadena nacional de la noche anterior. El discurso de
Milei, felicitándose y felicitando al equipo económico por el déficit
cero, y dando a entender que mantendrá la inflexibilidad en su
motosierra criminal y antieducativa, en lugar de desmovilizar, echó leña
al fuego donde se cocinaba la irrupción popular.

Pero a Milei le salió el tiro por la culata. La marcha en sí misma fue
un plebiscito popular contra las acciones y argumentos del gobierno.
Quedó demostrado en la masividad y en las distintas expresiones,
declaraciones o carteles hechos a mano, expresivos de las grandes
irrupciones populares que desatan la creatividad de las masas, esta vez
a favor de la educación pública. La consignas más cantadas fueron
"Universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode", "Milei
basura vos sos la dictadura" y "la educación se defiende, no se vende",
uniendo la defensa de la universidad a la de toda la educación pública.
Impulsada por el peronismo especialmente, en algunas columnas, también
se escuchó la canción "el que no salta votó a Milei". Un error porque
miles de participantes en esta manifestación descomunal votaron a Milei,
confundidos frente al fracaso del peronismo y de los partidos que
gobernaron en las últimas décadas. Un avance sobre todo en la juventud,
sector importante en la victoria electoral de LLA, que el martes chocó
con el régimen facholibertario.

La movilización en su conjunto fue también una fiesta, un triunfo
popular también sobre los intentos represivos de este gobierno. Milei
recibió un duro golpe. 

Cómo llegamos al 23 de abril Desde el mes de febrero la docencia
universitaria viene preparando el plan de lucha que tuvo este hito
histórico en la marcha del martes. La emergencia salarial fue el punto
de arranque, al que luego se le sumó la pelea contra la asfixia
presupuestaria declarada por el gobierno.

No es para menos. Si bien el salario docente y no docente viene
perdiendo desde hace años, los últimos 4 meses cayó casi 50 puntos,
récord de porcentaje en tan escaso tiempo. Hoy nuestro salario inicial
es de $228.000. En el caso de la docencia preuniversitaria, la
eliminación del Fonid agrega una rebaja del 16%. Nuestras jubilaciones,
atadas al salario, también se han visto afectadas por esta brutal
reducción. El gobierno, al poco tiempo de asumir, anunció que no habría
más negociación paritaria, lo que viene cumpliendo. Sin ir más lejos, en
la última reunión "comunicó" que otorgaba un miserable 8% a cobrar a
fines de abril, que fue rechazado por todos los gremios. El conjunto de
las federaciones reclama "ningún docente debajo de la línea de pobreza",
puesto que no hubo un acuerdo en un porcentaje determinado, lo que
debilita la exigencia. En el caso de AGD-UBA, la asamblea estableció el
reclamo de 100% de aumento y partidas para terminar con el salario ad
honorem. La Naranja, a nivel nacional, también impulsa ese reclamo.

Al reclamo salarial, casi de inmediato, se le sumó la denuncia de la
asfixia presupuestaria, que también fue tomada por los rectores y
decanos. Desde los sindicatos docentes y no docentes integramos el
reclamo salarial al presupuestario puesto que más del 90% del mismo se
destina a salarios. Con estos ángulos comenzamos a discutir con nuestros
estudiantes, que de inmediato se sumaron a la pelea de manera
incondicional, jugando un rol fundamental en la rebelión que fue
creciendo día a día.

Todas las facultades y colegios arrancaron con "anormalidad" y día a día
fue creciendo la adhesión y movilización. En la semana del 10 de abril,
con el paro y jornada de lucha de 48 horas convocado por la Conadu
Histórica, se dio el gran salto. Nuestra federación arrastró al resto de
las federaciones a sumarse con actividades -no al paro-, lo que ayudó a
instalar el conflicto a nivel nacional y a ponerle fecha a la marcha
federal. Clases públicas, semaforazos, banderazos, abrazos,
intergremiales y cortes fueron protagonizados por docentes, no docentes
y estudiantes como hace mucho no se veía. Y en cada acción que
realizamos, el apoyo de la población se hizo presente. 

Milei vende humo 

Por el deterioro de los salarios, por la asfixia presupuestaria y por la
ofensiva política, estamos frente a un ataque a la universidad pública
sin precedentes. 

El gobierno, que aplica la motosierra a las 57 universidades nacionales,
pretende que, a pesar de los índices de la inflación -que rozaron una
híper-, se desarrolle toda la actividad académica, de la docencia y de
investigación con el presupuesto del 2023. Absurdo. 

Tan absurdo que el gobierno, en el mes de marzo, dijo que otorgaría un
70% de aumento. Mentira. Ese porcentaje es solo sobre nueve puntos del
total del presupuesto, que son partidas para gastos operativos. Con ese
anuncio el presidente intentó confundir, vender humo. En los hechos, un
70% sobre un 9% representa un 6%, o sea nada. Finalmente, ese ínfimo
aumento recién se ejecutó el 22 de abril, un día antes de la marcha;
otro intento por frenar la movilización. Con esos valores, la
declaración de Adorni ("ninguna universidad se cierra") quedó totalmente
ilegitimada. 

Luego dijeron que presupuesto podía haber pero no para
"adoctrinamiento". Cada vez que el vocero presidencial hablaba, más
claro quedaba que acá no se trataba solo de un tema presupuestario. Con
estos argumentos, el gobierno intenta ir hacia una regimentación mayor
de las universidades, y barrer con la autonomía, la libertad de cátedra
y el pensamiento crítico. A la búsqueda del déficit cero se sumó la
batalla ideológica contra la universidad pública y gratuita. Los
fachos-libertarios defienden retroceder a la prehistoria de la Reforma
del '18. El martes marchamos también por todas esas banderas de la mejor
historia de luchas del sector. 

Reclamamos la triplicación del presupuesto, para pagar la luz y todos
los gastos de funcionamiento, pero también para el salario de los miles
de ad-honorem, monotributistas y contratados que existen en las
universidades, para obras de infraestructura, para nuestras obras
sociales, para la investigación, así como para realizar las tareas de
extensión empezando por las de salud pública de la red de hospitales
universitarios abiertos y gratuitos para la población. 

Y ahora arremeten con las denuncias respecto a la falta de auditorías.
Desde los sindicatos antiburocráticos desde siempre nos pronunciamos en
reclamo de la apertura de los libros de las universidades nacionales
para que el pueblo trabajador conozca cómo sus aportes van a la
educación de sus hijos y no a los negociados de los "fondos propios" que
impulsa la Ley de Educación Superior, sobre la que exigimos su
derogación y que han mantenido todos los gobiernos. Sin embargo, las
auditorías son realizadas por la Auditoría General de la Nación que
preside la oposición. En otras palabras, hasta el 10 de diciembre
estaban en manos de Patricia Bullrich, y la presidía Pichetto, el
candidato a vicepresidente de Macri; todos miembros ahora del gobierno
de Milei o del sector dialoguista que este miércoles se negó a tratar el
incremento presupuestario. 

¡Que vivan los estudiantes! 

Como parte de su ofensiva derechista, Milei intentó usar a los
estudiantes. A la denuncia de adoctrinamiento se sumó un 0800 para que
denuncien a sus docentes, quienes supuestamente los toman de rehenes. 

Las masivas asambleas estudiantiles, los cortes, las clases públicas y
la participación estudiantil fue enterrando tanto menosprecio hacia
nuestros alumnos, que tomaron en sus propias manos la organización de
acciones en defensa de la universidad, del presupuesto para funcionar,
para los salarios y para atender a los reclamos estudiantiles. Incluso
en debates fue surgiendo que muchos de los estudiantes que habían votado
a Milei por muy diversas razones, o ya están arrepentidos, o lo habían
hecho pero no para perder el banco que ocupan en la universidad o para
que sus docentes cobren sueldos por debajo de la línea de pobreza. 

Y lo más importante. Tiró por la borda tanto debate acerca de qué pasaba
con el movimiento estudiantil. No estaba apagado ni entregado a las
fauces de los libertarios, solo faltaba una oportunidad; se abrió un
proceso de lucha y el movimiento estudiantil apareció con todo su
esplendor y combatividad. 

Las consecuencias del 23 

La marcha como tal fue el más grande golpe asestado a Milei desde su
asunción, en el marco de una saga de movilizaciones obreras y populares
que tuvieron hitos enormes en el 8M y el 24M, más temprano el 24 de
enero y que empezaron con aquel 20 de diciembre de los sindicatos
combativos, el movimiento piquetero independiente, organizaciones
independientes de derechos humanos y la izquierda que derivó en
cacerolazos por la noche. 

La marcha coincidió con la enésima crisis de gabinete del gobierno,
ahora con la renuncia del segundo de Pettovello, toda una demostración
de la falta de base política. Y objetivamente la masividad y
combatividad que demostró refuerza la posición de quienes cuestionamos
la reforma laboral y la política de la burocracia de la CGT, que
mientras la negocia con el gobierno, prepara con las CTAs una
concentración el 1 de mayo lejos de la plaza del poder político y un
paro dominguero y sin continuidad el 9/5. 

Lo del miércoles 24 deja al movimiento popular en mejores condiciones
para movilizar masivamente el próximo 29, día en que se trata la ley
bases incluyendo la reforma laboral. 

Cómo sigue la lucha universitaria 

La movilización fue un desborde respecto del alcance pretendido por
muchos de sus organizadores. Instaló entre los rectores la obligación de
tomar el reclamo salarial justo al del presupuesto para funcionamiento. 

La irrupción masiva del movimiento estudiantil, docente y no docente nos
permite enfrentar en mejores condiciones la política de autoajuste que
los propios rectores vienen desarrollando puertas adentro de cada
universidad. Cierre de comisiones, baja de designaciones, recortes de
funcionamiento que modifican las condiciones de trabajo y estudio se
vienen implementando en distintas casas de altos estudios. Ayer quedó
demostrado que la salida no es autoachicarse sino organizarse para dar
pelea para defender nuestros derechos y a la universidad pública que es
una conquista de las y los trabajadores. 

Debemos apostar y confiar en nuestras propias fuerzas. Hoy, los mismos
que ayer marchaban en defensa de los reclamos universitarios hicieron
fracasar una sesión en Diputados para discutir el Fonid, el presupuesto
universitario y la movilidad jubilatoria. A no confiar ni en que "hay
2027" para que Milei haga el trabajo sucio, ni en quienes autoajustan o
sacan el cuerpo para discutir nuestros derechos. Convoquemos de
inmediato asambleas para decidir de conjunto los próximos pasos a
seguir. 

Para el sindicalismo docente y no docente y para el movimiento
estudiantil se abre un debate de fondo por la continuidad del
movimiento, que debería tener en el horizonte la preparación de la
huelga general universitaria a una escala de las grandes gestas
históricas que han regado nuestras páginas desde la Reforma
Universitaria de 1918. Nuevas asambleas deberán resolver los próximos
pasos a transitar hasta conquistar nuestros reclamos. Desde AGD-UBA,
desde la Naranja nacional, desde la UJS y el clasismo no docente (que
disputará en la UBA en varios cuerpos de delegados con la Bordó a la
cabeza), estamos empeñados en esta orientación. 

El martes 23, en todo el país, se dio la confluencia entre estudiantes y
trabajadores, un paso fundamental para imponer un plan de lucha nacional
de toda la clase trabajadora activa, pasiva, ocupada, desocupada, bajo
convenio o precaria contra el plan de Milei. Sobre esa base, movilicemos
el 29 al Congreso a rechazar la Ley Bases y el 1 de mayo marchemos en
todo el país denunciando la reforma laboral y a la burocracia que se
sentó a negociarla, exijamos paro activo y plan de lucha. Una
perspectiva que pone a debate la cuestión de la huelga general para
derrotar todo el plan Milei. 
-- 
El Transformador - Naranja Docentes Universitarios
Docentes, becaries, investigadores y graduades FCEyN
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